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Miedo al Compromiso

Hay personas que pasan toda su vida sin experimentar ansiedad acerca de los compromisos. Sin embargo, para otras, es un tema recurrente y difícil en casi todas sus relaciones personales.

¿Por qué se tiene miedo al compromiso? ¿Cómo se puede trabajar éste miedo en las relaciones de pareja?

El miedo al compromiso en sí mismo no es un problema. Lo que establece un problema es si se hace daño uno mismo o hace daño a los demás. Es primordial entender y tener conciencia de cómo el comportamiento de la persona puede herir a los demás y así, de esta manera, aprender a modificarlo. 

Lo primero que tenemos que detectar son las causas que le llevaron a esa situación y así poder trabajar en mayor profundidad los motivos y soluciones a sus miedos. Piensa que en muchas ocasiones la persona no ha experimentado ninguna relación de “ahogo”, y simplemente su manera de observar a otras parejas le ha podido llevar a formar su propio esquema acerca de las relaciones de pareja y lo que éstas suponen. 

Se puede distinguir a los hombres y mujeres que tienen problemas activos para comprometerse, simplemente prestando atención a las palabras que dicen. A menudo articulan su miedo; suelen hablar de su necesidad de “libertad”, de “espacio”, de “aire” o de su “necesidad de respirar”. En el momento que describen sus anteriores relaciones, utilizan expresiones como “atrapados”, “oprimidos”, “encerrados”, “atados”, “sofocados” o “invadidos”.

Afrontar el cambio que conlleva afianzar una relación de pareja supone, en muchas ocasiones, un exceso de inseguridad, angustia y descontrol, por lo que trabajar la autoestima será un factor clave. Como normalmente son incapaces de enfrentarse a su propia fobia, llegan incluso a echar a su pareja la culpa del fracaso de la relación. En la mayoría de las ocasiones no pueden explicar por qué no logran una relación estable, lo que les hace buscar en qué cosas la otra persona no es perfecta. Suelen quejarse de relaciones en las cuales no pueden respirar y, tras dar por finalizada la relación, suelen decir que se sintieron como si alguien les hubiese quitado un enorme peso del cuerpo.

El compromiso es una elección. Algunas personas denominan el compromiso como una trampa. Los temores al compromiso son parte del precio que se paga por tener libertad. Con la libertad aparece la amenaza de propia pérdida y, muchas veces, es ésta amenaza la que ocupa un lugar central en los problemas hacia el compromiso.

Contemplar el beneficio que obtiene comenzar y mantener una relación sintiéndose de ésta forma motivado, nos ayudará a que la persona pueda empezar por disminuir el miedo al compromiso, y al mismo tiempo a que pueda disfrutar de todo lo que le proporciona y complementa afianzar una relación con la otra persona.

Fuente: El temor al compromiso. Steven Carter y Julia Sokol.

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Acerca del autor:

Noemi González-Bellés
Alumna del Máster en Sexología Clínica y Terapia de Parejas

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