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La incidencia de la neuroplasticidad en el aprendizaje y en el neuroliderazgo

El cerebro es un órgano tan poderoso e increíble, el cual permite que las personas puedan aprender y desaprender pensamientos, comportamientos y actitudes a lo largo de la vida. Esto desvirtúa la idea arraigada hasta hace unas décadas en la que se afirmaba que el Cerebro adulto no podía desaprender. Es decir, se entendía que a medida que se envejecía, se disminuían las posibilidades de nuevos aprendizajes, lo que en la práctica significaba una pérdida en la capacidad de reinventarse. Sin embargo, gracias a conceptos como la neuroplasticidad, se ha conseguido revertir esta idea.

La Neuroplasticidad y los procesos de aprendizaje

La Neuroplasticidad hace referencia a aquella condición que permite a las neuronas regenerarse tanto fisiológicamente como de forma funcional, logrando así crear nuevas conexiones sinápticas. La plasticidad no únicamente permite al cerebro recuperarse e incluso restablecerse ante trastornos o lesiones, sino que también puede reducir los efectos causados por diferentes alteraciones patológicas.

En los procesos de aprendizaje las conexiones sinápticas permiten que ante una nueva experiencia, el cerebro establezca una serie de caminos que posibilitan el tránsito de la información de manera más eficiente, produciendo así aprendizajes significativos que se incorporan en la memoria a largo plazo.

A modo de ejemplo, podría decirse que la Neuroplasticidad funciona de la siguiente forma, si estás en una carretera muy transitada, en la que todos los días tomas la misma ruta para llegar a tu trabajo y esto además de producirte estrés, también tiene consecuencias para llegar a la hora al trabajo, deberás cambiar la ruta. Es decir, tendrás que aprender una nueva ruta que te lleve al lugar. Al principio será un poco complicado, pero la experiencia y la repetición de la ruta hará que con el tiempo sea placentera y agradable. A nivel neuronal, cuando las mismas neuronas se conecten con la información, se producirá la sinapsis necesaria que contribuirá a incorporar el conocimiento a través de la práctica. Asimismo, el cerebro se flexibilizará y permitirá que lo que antes se veía como muy complejo y muy difícil de aprender, pueda finalmente lograrse. Y lo mismo ocurre con las demás áreas de la vida: se puede aprender o desaprender sin importar la edad de la persona o lo complejo que parezca el aprendizaje, tan sólo se necesita práctica.

Neuroplasticidad aplicada al Neuroliderazgo

El Neuroliderazgo nos enseña cómo a partir del conocimiento del cerebro, los líderes desaprenden y aprenden actitudes y comportamientos que favorecen el ejercicio profesional que desarrollan, aumentando así los niveles de satisfacción de sus empleados y la productividad de las organizaciones que lideran. Gracias a la plasticidad del cerebro que se comentaba anteriormente, se pueden aprender a controlar las emociones. Así se conseguirá evitar conflictos o que se tomen decisiones sin realizar un análisis previo reflexivo y profundo, lo que conllevaría comportamientos que, en múltiples ocasiones van en contra de los intereses de las empresas.

Existen estudios que demuestran que un alto porcentaje de las decisiones tomadas por los líderes se efectúan empujados por una parte del cerebro que se denomina cerebro reptiliano. Esta parte se corresponde a la región cerebral más antigua en la cual se encuentran las respuestas instintivas que, ante situaciones de miedo o peligro, son las que determinan la subsistencia de los seres humanos.

El liderazgo y el cerebro

Generalmente, los líderes toman decisiones de una forma rápida, lo que contribuyen que de forma inconsciente se deteriore la organización. Además, al no ser pensadas y efectuarse de manera inmediata imposibilitan que exista un proceso de reflexión y evaluación de diferentes alternativas. Estas alternativas se producen en el denominado Neocórtex o corteza cerebral, un área del cerebro más reciente en los procesos de evolución y que es la que nos diferencia de los animales, pues que en ella se desarrollan tanto el lenguaje como la planificación, la creatividad, la lógica o el juicio.

En definitiva, los neurolideres deben aprender a tomar decisiones de manera planificada, consciente, reflexiva y basada en la comparación de alternativas. Para ello, pueden usar diferentes técnicas y estrategias que conduzcan a un mejor ejercicio de liderazgo.

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