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“Si actúas como si fueras otra persona parece que no seas tú y no te juzgas, por lo tanto eres más libre”

Monia Presta, psicóloga y arteterapeuta coordina el Posgrado en Teatroterapia que este año ha puesto en marcha ISEP, acaba de publicar el libro Apláudete a tí mismo donde recoge historias reales de pacientes que muestran conductas y problemas muy habituales hoy en día (de autoestima, trastornos sexuales, de pareja y emocionales) y cómo los han ido superando gracias a la terapia a través del arte. Hablamos con ella a un mes de la primera presentación de su obra en la librería Abacus de Barcelona.

 

¿Cómo descubrió el poder de la arteterapia? ¿Cuál es su objetivo?
Desde pequeña he tenido pasión por el arte y sobre todo por el teatro. Lo que más me interesaba era comprender la psique humana. Vivir las historias de los personajes me permitía miles de maneras diferentes de pensar y sentir, me permitía empatizar con el otro para comprender mejor el ser humano. Y esta curiosidad sobre el funcionamiento del cerebro y del cuerpo me llevó a estudiar psicología. Fue entonces cuando me dí cuenta de que el psicólogo y el actor tienen cosas en común, muchas más de las que se puede pensar en la sociedad occidental, donde los saberes están fragmentados y no se comunican entre ellos.

Para empezar, tanto el psicólogo como el actor tienen que empatizar con el mundo del paciente o el personaje. En la terapia no hay  éxito si no hay empatía, que es la capacidad de entrar en el mundo del paciente para entender mejor su vivencia y salir para ayudarle en el proceso de curación. ¿Y qué es lo que hace el actor? Exactamente lo mismo. Entra en la psique del personaje para comprenderle mejor y sale para dar vida al personaje. En este entrenamiento viene implicado todo el instrumento del actor, no solo la mente sino también el cuerpo, el gran olvidado en el mundo de la psicología.

La psicología estudia el ser humano y busca las maneras de resolver sus problemas. El teatro escenifica estos conflictos escondidos, que generan el síntoma, haciéndolos conscientes. Interpretar un papel ayuda a exteriorizar los problemas y sus causas.  Por paradoja, si actúas como si fueras otra persona parece que no seas tú y no te juzgas, por lo tanto eres más libre y los conflictos inconscientes salen a la luz. Se produce entonces una catarsis y las personas se sienten liberadas de lo que las oprimía. Por lo tanto el teatro es terapéutico por sí mismo. Imaginémonos que bomba de relojería puede ser aplicado a los pacientes. Estudiando las dos disciplinas a la vez me dí cuenta de lo poderoso que podía ser juntarlas. Pero esto no es nada nuevo, es antiguo como el mundo. Los griegos consideraban el arte como el antídoto infalible para las penas de la psique. El mero hecho de asistir o participar en actividades artísticas tenía un valor catártico por sí mismo y representaba la vía de la curación. Teatro, danza, música y pintura son las terapias más antiguas para curar el alma.

Todas las artes mueven pensamientos, emociones, vibraciones. Si solo siendo espectadores nos despiertan todo eso, imaginémonos lo que nos puede despertar participando activamente. Gracias a las artes, grandes genios de la historia pudieron superar sus trastornos. Van Gogh, Salvador Dalí y Buñuel pudieron recomponer su yo a través de la simbolización en sus obras. El arte se convirtió en un instrumento terapéutico que permitía al artista expresar el propio mundo fantástico, ajeno a la realidad en que vivía, evitando y sublimando la locura.

Las artes y las arteterapias, pues, son terapias de contacto. En las arteterapias se implican no solo la mente sino también el cuerpo en una óptica de integración de las partes del ser humano, superando la escisión cartesiana…

El siglo XX se distinguió por unas intensas relaciones entre arte y psicología. En ese mismo período, el psiquiatra alemán Hans Prinzhorn, atento al lado artístico de las vanguardias y al psicológico de la teoría del incosciente, símbolo del psicoanálisis freudiano, reconoció oficialmente por primera vez el “arte de los locos”, o sea, la capacidad expresiva y el proceso de imaginación de los enfermos mentales. Gradualmente emerge la idea de arte como terapia, ya que se observa que la ocupación artística modifica la conducta de los locos.

A partir de los años 40 en Italia, Inglaterra y Alemania se recupera el sentido arcaico de las artes y la relación entre psicología y arte se hace más estrecha. Las vanguardias artísticas sufren la fascinación de las teorías psicológicas y viceversa.

Los trastornos no son solo de la mente, sino también del cuerpo.

¿Cuántas veces los trastornos psicológicos se desarrollan como síntomas del cuerpo?
Siempre, porque mente y cuerpo son inseparables. Solo hay que pensar en los trastornos sexuales, de ansiedad,  fobias, etc. y ver que el ser humano no es solo cogito ergo sum. Entonces el trabajo arteterapéutico recupera el cuerpo potenciando al máximo los efectos de las terapias verbales.

El trabajo es de más niveles: cognitivo, físico, emocional y conductual. Si un pensamiento genera una emoción y una conducta, lo que se hace en arteterapia es cambiar la conducta a través de ejercicios de expresión verbal, simbólica y corpórea de los conflictos interiores, para llegar a la catarsis y al insight. Las arteterapias dan significado al síntoma sin fragmentar el ser humano en piezas de una máquina.

El objetivo siempre es curar cada tipo de trastorno psicológico. Los pacientes llegan a conocerse y detectar el origen de sus problemas para combatirlos también a través de la creatividad y la potenciación de la autoestima. En el ámbito de la psicosis puede ser una terapia de soporte a la psiquiátrica.

¿Todo se puede tratar con arte?
Absolutamente todo. Los genios de la historia del arte sobrevivieron gracias a él. Hasta la psicosis se puede tratar con el arte. En el museo Pompidou de París hay una muestra de cuadros de Jean Dubuffet, pintor francés fundador del “Art Brut”, que pertenecen a una colección de pinturas de pacientes psiquiátricos. Un mundo emotivo demasiado caótico e indistinto encuentra expresión gracias a la posibilidad de rediseñarlo y definirlo en forma pictórica. Podían proyectar en el cuadro el caos interior y eso les producía alivio y bienestar.

Patologías indicadas:

  • Transtornos alimentarios y percepción corpórea equivocada.
  • Transtornos de ansiedad.
  • Transtornos de conducta y humor.
  • Transtornos sexuales.
  • Duelo patológico.
  • Coming out.
  • Enfermedades como cáncer o sida: necesidades de desahogo y ansiedades.
  • Problemas de autoculpabilización, consecuencias del mobbing.
  • Sufrimiento tras el acoso en mujeres.
  • Oncología infantil.
  • Psicosis.
  • Trastornos de la infancia y adolescencia.

¿Qué artes se pueden considerar curativas? ¿Cuál sería la que ofrece mejores resultados? Todas. A cada cual la suya. Hay que dibujar el traje a medida, intentando descubrir el canal artístico preferencial de cada paciente.
Por lo que respecta a mi experiencia profesional, el teatro es la disciplina que prefiero. Es el arte por excelencia que los engloba todos. No hay teatro si no hay cuerpo, movimiento, voz, palabra, danza, canto, música, escritura y artes pictóricas. Donde hay teatro empieza la terapia y donde hay la terapia que utiliza como herramienta el teatro, el desarrollo de las potencialidades y los cambios son portentosos. El teatro, del griego teao, que tiene el sentido de “mirar”, permite mirar y mirarse dentro.

Cuando nos acercamos al mundo de las artes los saberes se tocan y la curiosidad de saber más crece.

¿De dónde surgió la idea de escribir un libro sobre arteterapia?
Desde la necesidad de llevar aire fresco al mundo de la psicología. Nos encontramos en un punto muerto de la psicología donde todo está dicho y no hay otras maneras de tratar las patologías. Me refiero a las orientaciones psicológicas  más utilizadas hoy en día: cognitivo-conductual, conductual y cognitivo social. Las vanguardias terapéuticas pueden aportar nuevas herramientas a los enfoques teóricos tradicionales. Eso nos ayudará a construir el traje más adecuado por cada paciente y  tener a disposición el abanico terapéutico más amplio posible. Además nace desde la necesidad de una demanda creciente por parte de las insituciones del uso de estas nuevas técnicas terapéuticas. Hay que sistematizar lo que todavía no tiene reconocimiento en España, pero que antes o después lo tendrá, así como pasó con los movimientos innovadores.

El libro se basa en la exposición de casos reales que usted misma ha tratado a través de la arteterapia. ¿Cuál de ellos la marcó más como arteterapeuta?
Sin duda, la princesa desnuda. Un caso difícil, duro, que encarna la historia de muchas princesas desnudas. Los casos son historias de una, ninguna y cien mil personas, que si han pasado por una violación se pueden sentir identificadas en cada pasaje del cuento. Porque hay cosas que se repiten, tremendamente y horriblemente iguales, en un abuso sexual. Una mujer que encarna el dolor de todas, porque ella es todas. Lo que me sorprende cada vez que trato con el abuso sexual es ver como las mujeres avanzan más rapidamente de lo esperado gracias a los ejercicios arteterapéuticos. La simbolización permite enfrentar lo que con las palabras sería inaccesible.

 

¿Cómo Apláudete a ti mismo puede mejorar el perfil profesional de los terapeutas?
Apláudete a ti mismo recoge las historias de pacientes que nos muestran conductas y problemas muy habituales hoy en día en las consultas (de autoestima, trastornos sexuales, de pareja, de conducta, de coming out, duelos patológicos, emocionales, etc.). El libro funciona como una caja de herramientas: proporciona medios y estrategias para ayudar a resolver los problemas psicológicos de nuestros pacientes. Incluye también ejercicios que ayudarán al terapeuta a aplicar algunas de las técnicas que se encuentran en los diferentes casos.

En el Posgrado en Teatroterapia que imparte en ISEP Barcelona ¿explica todas las técnicas que relata en el libro?
Y no solamente ésas. En un libro no se pueden resumir todas las técnicas. Ni en el Posgrado en Teatroterapia, que tiene 121 horas se puede. Pero sí que se puede salir de él con competencias prácticas para aplicar las arteterapias en los diferentes contextos de trabajo. Este es un campo donde nunca se deja de aprender, exactamente como en la profesión de psicólogo, terapeuta y educador. ¡Ni yo misma he acabado de investigar lo que se puede llegar a hacer!

Las arteterapias pueden ser aplicadas en muchos contextos: escuelas, clínicas, hospitales, centros de día y estudios privados. El ámbito de aplicación es amplio. Los destinatarios pueden ser pacientes psiquiátricos hospitalizados, adultos, adolescentes, niños en las escuelas y hospitalizados en clínica, pacientes oncológicos, personas que afrontan estrés o depresión, que tienen problemas en lo social. El tratamiento puede ser individual o de grupo. Obviamente cada tipo de problema necesita una personalización de la intervención. El posgrado se dirige a todos los profesionales del mundo de la psicología, la salud, el teatro y la pedagogía que quieran enriquecer sus conocimientos utilizando las artes como herramientas terapéuticas, pedagógicas y rehabilitativas.

 

Presentación Apláudete a ti mismo
Fecha
: 1 de diciembre de 2010
Hora: 19.30 horas
Lugar: Librería Abacus, Espai Cultural Balmes
Dirección: C/ Balmes, 163. 08008 Barcelona

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