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Una aproximación al vaginismo

El vaginismo es una afección cada vez más conocida, en parte por ser un tema tratado en diferentes representaciones culturales (como pueden ser las series “Sex education” o “Unorthodox” de Netflix), permitiendo no sólo darlo a conocer y abrir acerca del mismo, sino que a la vez que se puede incurrir en errores, ya sea de tipo etiológico, de sintomatología o de tratamiento.

¿Qué es el vaginismo?

El vaginismo se caracteriza por la imposibilidad o dificultad muy marcada y dolorosa de la penetración vaginal, ya sea en el transcurso de una relación sexual (pene, dedos o juguetes sexuales) o en una situación no sexual que requiera esta introducción (revisiones ginecológicas, uso de tampones, etc.).

Esta imposibilidad de penetración o el hecho de que sea dolorosa se debe a una tensión y/o contracción del suelo pélvico y la musculatura vaginal, facilitada y acompañada de un estado de estrés, nerviosismo, miedo o tensión de la persona. Es posible que una persona no haya conseguido nunca la penetración, caso en que el vaginismo será primario o de por vida, o que, en caso contrario, pase a partir de cierto momento, siendo así secundario o adquirido.

¿Cómo se trata el vaginismo?

Para tratar el vaginismo, se recomienda empezar la terapia haciendo que la paciente (ya que de manera habitual lo presentan mujeres) se mire la zona genital con un espejo para poder identificar las diferentes áreas y pueda, del mismo modo, tocar y ver qué sensaciones encuentra en cada una de ellas.

Esto permite que la paciente sepa, en las siguientes fases, qué zonas se están tocando y tener cierta sensación de seguridad, así como integrarlas en su mapa mental. Por otro lado, se recomienda hacer psicoeducación ya que el vaginismo suele ir acompañado de temor y es, por tanto, importante identificar distorsiones cognitivas y situaciones que pueden provocarlo.

Ejercicios de Kegel para el vaginismo

Por otro lado, y puesto que el vaginismo es una tensión en la zona vaginal, se recomienda que la persona que lo sufre haga ejercicios de Kegel para poder identificar dicha musculatura, si esta está en tensión o no y, por lo tanto, aprender a relajarla.

Dado que esta tensión se suele presentar acompañada o causada por un estado de nerviosismo o miedo,también se dan pautas que ayuden a la relajación para poder proceder a los siguientes ejercicios, que empezarán a ser de penetración y deberían repetirse varias veces una vez se consigan hacer.

Ejercicios para el vaginismo en pareja

Estos ejercicios se pactaran con la paciente, pero en general seguirán un esquema parecido al siguiente, en caso de tener pareja:

  • Auto introducción de un dedo sin movimiento (penetrar con un dedo y dejarlo quieto unos instantes para después sacarlo)
  • Auto introducción de dos dedos sin movimiento.
  • Auto introducción de un dedo con movimiento (una vez introducido el dedo, se mueve un poco).
  • Auto introducción de dos dedos con movimiento.
  • Hetero introducción de un dedo sin movimiento (la pareja introduce un dedo, lo deja quieto un tiempo, y después lo saca): la persona con vaginismo guía a la pareja y se le da el control para que se pueda sentirse más segura. Esto es así siempre que, en los ejercicios, se empiece uno que involucre a la otra persona.
  • Hetero introducción de dos dedos sin movimiento.
  • Contención vaginal sin movimiento: se trata de introducir el pene, sin moverlo, dejarlo unos instantes y retirarlo. Se pueden recomendar ciertas posturas para que ella pueda ser quién lo introduzca (la del jinete es una buena opción) y tenga el control de la situación.
  • Contención vaginal con movimiento: es importante poder llegar a probar otras posturas cuando haya seguridad suficiente para poder generalizar los resultados.

Ejercicios para el vaginismo sin pareja

En caso de que no haya pareja, se pueden usar unos dilatadores vaginales (tubos cilíndricos) de diversos tamaños que se pueden comprar por packs de modo que, una vez conseguida la introducción de los dedos, se puede aumentar de tamaño para llegar al que sería, aproximadamente, el de un pene.

En ambos casos, lo que se busca con el tratamiento del vaginismo es, por lo tanto, romper con la asociación que hay entre dolor y penetración, eliminar la ansiedad o miedo y conseguir la penetración.

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