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Problemas de conducta en el aula y su manejo

Los problemas de conducta en la escuela, representan un reto diario para el profesorado, ya que impactan  tanto en el proceso de enseñanza-aprendizaje dentro del aula, como en otros ámbitos de la escuela.

Estadísticas sobre problemas de conducta en el aula

Estadísticas recientes registran un número importante de niños y adolescentes con problemas de conducta. Tanto es así que, el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona señala que el 96% de los pediatras ha detectado un aumento de las demandas por problemas de conducta en adolescentes en los últimos cinco años (según el informe “Adolescentes con trastornos del comportamiento”  2016).

Asimismo, en México, Caraveo, Colmenares y Martinez (2001) reportan que aproximadamente la mitad de los menores presentan algún síntoma emocional o de conducta, de los cuales el 16% presentan de cuatro a más síntomas.

Así pues, definimos un problema de conducta como aquel comportamiento que no es aceptable dentro de los parámetros conductuales idóneos y que por tanto, salen del código de conducta establecido en el centro escolar.

Clasificación de problemas de conducta

La clasificación de los problemas de conducta según el DSM-IV-TR es la siguiente (citando únicamente los excesos conductuales):

  • Hiperactividad
  • Conducta Disruptiva
  • Negativismo Desafiante
  • Conducta Violenta

Una conducta problemática debe distinguirse de un síntoma asociado con un trastorno de conducta, debiendo tomar en cuenta la severidad de sus manifestaciones.

Todos estos aspectos, incluyendo la aplicación de pruebas estandarizadas, deben ser tratados por especialistas, ya que en algunos casos hay síntomas que pueden asociarse con otro tipo de trastornos tales como: Trastorno Disocial, Trastorno con Déficit de Atención con Hiperactividad, Trastorno Negativista Desafiante, etc.

Factores importantes en problemas de conducta

Estos son algunos de los factores a tener en cuenta en los problemas de conducta:

  • Edad
  • Capacidades cognitivas y emocionales
  • Educación Familiar, estilo de crianza.

De ahí la importancia de conocer a detalle la situación de cada alumno.

Es necesario que el profesorado, se mantenga informado de las conductas esperadas según la etapa evolutiva en la que se encuentra el niño, pues no es lo mismo un niño de 2 años, uno de 8, o un adolescente. Cada alumno tendrá comportamientos propios de su edad, que en ningún caso deben considerarse como problemas de conducta.

Cuanto más temprana sea la detección, más favorable para el estudiante será la intervención, logrando así conjugar esfuerzos apropiados por parte de padres, profesores y centro educativo.

Cómo manejar problemas de conducta en el aula

A continuación, te mostramos algunas recomendaciones prácticas y sencillas para el manejo de los problemas de conducta dentro del aula:

  • DEFINE normas claras, informa oportunamente y sé coherente con su aplicación.
  • CONSERVA la postura de adulto a cargo y modelo a seguir, evitando entrar en discusiones y luchas de poder.
  • EVITA tomar de forma personal la conducta del estudiante. Recuerda que hay muchos agentes interviniendo en su desarrollo y se encuentra en un ambiente familiar con características que impactan de manera directa en su comportamiento.
  • PLANIFICA las rutinas de trabajo, gestionando adecuadamente el tiempo para cada actividad. Anticipa las actividades y material apropiado para cada tema, esto evitará que tengan un ambiente propicio para conductas inapropiadas.
  • INFÓRMATE sobre alternativas y estrategias acordes a la edad del niño o adolescente, para que puedas dirigir acciones específicas.
  • EVITA exponer al alumno, ridiculizarlo o etiquetarlo, ya que esto empeora la situación.
  • IDENTIFICA Y RETIRA los reforzadores que mantienen las conductas indeseables utilizando la técnica de extición.
  • ELIGE la técnica de modificación de conducta apropiada, busca información y asesoría.
  • EMPLEA técnicas de escucha activa, haciendo saber al alumno que tiene toda tu atención, párate a escucharlo, muestra empatía y colócate de frente, míralo a los ojos y busca que él también lo haga.
  • IGNORA algunas conductas inadecuadas que no sean peligrosas o molestas, en algunos casos desaparecen cuando el alumno logra la atención que necesita.
  • PROMUEVE reuniones con otros docentes para compartir, implementar y unificar acciones en las diferentes clases, todo esto, debidamente validados por la autoridad escolar.
  • EMPLEA métodos que maximizen la concentración, lo cual evitará distracciones.
  • APOYA las decisiones tomadas por el área Psicopedagógica del Centro Educativo (en caso de contar con él) y comunica oportunamente dificultades y logros.
  • ANOTA y lleva los registros adecuados de conducta, serán de ayuda para los especialistas a cargo, en caso de que reciba atención de manera externa.
  • COLOCA en lugares estratégicos al estudiante en riesgo, para mantenerlo lejos de estímulos
  • INFORMA y mantén el contacto con la familia para dar seguimiento a los acuerdos y compromisos adquiridos a través del la dirección o del área psicopedagógica. La actuación de familia/escuela en acciones concretas y coordinadas favorecerá la mejora del alumo.
  • EVALÚA y redirige esfuerzos acerca de las medidas tomadas, ya que las consecuencias negativas, en muchos casos crean un círculo vicioso sin resultado óptimo.
  • ASIGNA actividades que puedan mantener ocupado al estudiante en funciones propias del grupo como la distribución de libros en el salón, encargado de llevar o traer material entre las áreas (en caso de hiperactividad, por ejemplo).
  • ELABORA sistemas de estímulos para los alumnos, reforzando pequeños logros diarios.
  • PROMUEVE la empatía del grupo clase hacia el estudiante en cuestión, hay muchas técnicas que reducen la conducta problemática.
  • APLICA refuerzos con el fin de eliminar las conductas desadaptativas mediante la técnica de reforzamiento diferencial.
  • IMPLEMENTA la técnica “time out” que consiste en hacer salir al alumno del ambiente donde aparece la conducta inadecuada por un tiempo especifico.
  • RECONOCE Y REFUERZA los logros en las áreas que muestra habilidad e involúcralo en actividades de apoyo a otros estudiantes. El refuerzo positivo es una técnica apropiada para estos casos.
  • APLICA la disciplina asertiva.
  • IMPLEMENTA contratos de conducta, con el alumno, dejando por escrito compromisos y fijando consecuencias.
  • INFÓRMATE y aplica apropiadamente técnicas cognitivas como la resolución de problemas o la autorregulación, que también son útiles.

La formación es clave en el trato con estudiantes

La información y preparación por parte del profesorado y todos los agentes que intervienen directamente con el estudiante en su ambiente familiar, educativo y social, son necesarias para unir esfuerzos y apoyar en la mejora integral del alumno, evitando con esto, que el problema de conducta llegue a un conflicto mayor.

Recuerda que cada caso es diferente y por lo tanto, debe de ser valorado y tratado de manera acorde a lo que el estudiante requiere y el grupo necesita, dentro del contexto escolar.

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