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Dificultades en lectura y escritura

Todas las investigaciones acerca de cuáles son los prerrequisitos que garantizan el éxito posterior en la lectura coinciden en aquellos que están estrechamente relacionados con las habilidades lingüísticas y en especial con la conciencia fonológica.

Existen una serie de indicadores de riesgo en el desarrollo del sujeto, concretamente en la etapa de Educación Infantil, que nos advertirá de problemas en el aprendizaje de la lectura con el fin de realizar una intervención que reduzca estas dificultades.

Es muy importante el papel de los docentes y de la familia en la intervención. Es necesaria una intervención paralela y coordinada entre la escuela y la familia para lograr avances en la adquisición del aprendizaje de la lectura. La intervención debe basarse tanto en la actuación de aquellos contextos que influyen en el proceso lector, como en las deficiencias y aptitudes del niño.

Intervención familiar y escolar

La intervención familiar es de vital importancia para favorecer el éxito de la lectura. Los factores que pueden llevar al éxito lector pueden derivar de las relaciones lectoras entre padres e hijos. Es necesario crear rutinas lectoras, así como, situaciones comunicativas en las que el niño deba expresar vivencias, emociones, etc. Es muy importante la metodología utilizada tanto por las familias como por los docentes cuando se disponen a contar cuentos. Hay que tener en cuenta una serie de factores como: la elección de nuestros hijos, que la lectura se realice de manera interactiva, que sean cuentos manipulativos, que se realicen pausas para que nuestros hijos anticipen la información que va después, que se dramatice el cuento, que se relacione los sentimientos de los personajes con los propios sentimientos, etc. Todo ello contribuirá a la mejora en la adquisición de la lectura y comprensión de esta.

La intervención escolar debe estar enfocada tanto en las habilidades lingüísticas como metafonológicas. Estas últimas, constituyen una de las intervenciones más importantes en la actualidad para abordar las dificultades de la lectura, ya que muchos alumnos, al inicio de la lectoescritura, poseen mayores problemas en el procesamiento fonológico. Algunos sujetos que poseen estas dificultades, que son producidas por una discapacidad física o sensorial, por vivir en situaciones desfavorecidas o por tener dificultad en alguno de los procesos cognitivos, teniendo un cociente intelectual normal. Son los llamados alumnos con retraso lector, frente a los alumnos con dificultades más graves, que aun teniendo un cociente intelectual normal y no siendo producidas estas dificultades por ninguno de los problemas anteriores, presentan problemas en los mecanismos para la adquisición de la lectura. Ambos, retraso lector y dislexia, presentan dificultades en el procesamiento fonológico, por tanto, se pueden utilizar los mismos instrumentos de evaluación e intervención. Una falta de conocimiento fonémico es el responsable de la dificultad del aprendizaje del proceso lector en los niños. Por ello, tendremos que utilizar un método interactivo de lectura, en el que el alumnado aprenda el sonido de los grafemas, con el fin de favorecer la decodificación y la posterior conversión de las palabras.

Las causas de la dislexia

 A lo largo de los años, se han tenido diferentes concepciones acerca de la causa de la dislexia. En un principio se consideraba un problema de tipo perceptivo, en el que los alumnos tenían dificultades en el reconocimiento de las grafías, su direccionalidad. Más tarde, surgió una perspectiva neurobiológica, que se centraba más en los estudios genéticos y anatómicos, donde se ha visto, que los alumnos con dificultades en lectura, tienen afectado el lóbulo temporal del hemisferio izquierdo, concretamente el área de Wernicke, que está relacionada con la lectoescritura. Por último, surgió una perspectiva psicolingüística, que es aquella que sostiene que un entrenamiento en habilidades lingüísticas y en el procesamiento fonológico, garantizará el éxito lector.

La lectoescritura

Existen diferentes métodos para el aprendizaje de la lectoescritura. Los métodos ascendentes, los métodos descendentes y los métodos interactivos. Aquellos modelos que tienen mayor aceptación son los modelos interactivos, en los que se utiliza el modelo de doble ruta. El alumno debe utilizar la ruta visual o directa y la ruta fonológica.

Con el fin de mejorar las dificultades en la adquisición de la lectura, existen una serie de programas de entrenamiento que disminuye el número de niños con dislexia a partir de segundo curso de primaria. Esta intervención se puede realizar de manera inclusiva con todos los alumnos en el aula durante los primeros cursos de primaria, con el fin de afianzar el proceso lectoescritor. Muchas de las estrategias utilizadas con los alumnos con dificultades, se pueden realizar de manera generalizada con toda el aula.

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